El boom de los comparadores online es imparable. De comenzar en el turismo y los seguros han ido segmentándose hasta alcanzar prácticamente a todas las actividades y es que generan confianza en el usuario y les permite ahorrar. Aunque la OCU haya denunciado que los comparadores no siempre ofrecen el precio más barato, su aparición en el mercado está transformando poco a poco los hábitos de consumo y hacen que todas las grandes empresas hayan decidido asociarse con las comparadoras como estrategia de marketing como forma de no perder nuevos clientes.
Y es que los comparadores online suponen una oportunidad y un riesgo, puesto que grandes y pequeñas empresas compiten en el mismo espacio diferenciándose por el precio y por el valor añadido que aporten a sus servicios y productos. En este sentido, han supuesto un balón de oxígeno para pequeñas y medianas empresas que pueden competir de tú a tú con las grandes multinacionales y conseguir clientes sin invertir en publicidad. Eso sí, la comparadora se quedará con un porcentaje del precio final por lo que no tendrán tanto margen de maniobra como una gran empresa. Aun así, la oportunidad de destacar por ofrecer una mejor calidad precio es única y desdeñarla sería un error de envergadura.
Evidentemente, la presencia en una comparadora online no puede servir para descuidar la inversión publicitaria o en redes sociales ya que el conocimiento de la marca y la buena imagen de la misma son fundamentales para que el cliente termine decidiéndose por nosotros ante precios similares. También hay que tener en cuenta que hay muchas grandes multinacionales que tienen una imagen muy negativa en ciertos sectores y que pueden favorecer la balanza hacia nuestro lado. Por ello, hay que gestionar rápidamente todas las incidencias y evitar las crisis de reputación.
La confianza de los inversores en las nuevas comparadoras, muchas veces startups, se ha hecho patente en casos como el de Packlink.es, una comparadora de mensajería nacida en Madrid que se asoció con todas las grandes empresas del sector y logró una financiación de 6,6 millones de euros durante el año pasado para su expansión, liderada por el fondo americano Accel Partners. El caso de Packlink es sintomático de lo que está ocurriendo en muchos otros sectores. Se emprende una pequeña comparadora en un nuevo sector, en este caso la mensajería, las grandes empresas deciden anunciar sus servicios en la misma y la presencia en el comparador termina siendo indispensable para no perder a los clientes que buscan únicamente en estos portales online.
Actualmente pocos sectores viven lejos de los comparadores, habiendo entrado con fuerza en los productos financieros, los supermercados, la moda o los artículos deportivos. Incluso Rastreator ofrece ya un comparador de proyectos solidarios de ONGs, mostrando que todo lo que se quiera se puede comparar. Utilizar los comparadores como una estrategia de marketing más para aumentar las ventas es indispensable en un momento en el que los hábitos de consumo se están desplazando al online por la comodidad y el ahorro que terminan suponiendo para el cliente.