La palabra vendedor de humo se entiende por la de un charlatan, mentiroso o embustero que intentará engañar a una persona de buena fe para sacar un provecho, normalmente económico, de la persona incauta o ingenua.
La época de crisis que estamos viviendo implica el crecimiento de innumerables oportunidades y estas nuevas oportunidades implica intrínsecamente el brote de muchos vendedores de humo que buscarán anclarse en posiciones ventajosas o bien sacar un rédito económico.
Si actualmente formas parte del grupo de los “buscadores de oportunidades” tienes un gran riesgo de caer en los lazos de un vendedor de humo y aprender a identificarlos puede ser de gran utilidad para evitar convertirnos en uno de esos incautos.
¿Qué características resaltan en un vendedor de humo?
Las características de los vendedores de humo suelen ser positivas a nivel empresarial, pero con un trasfondo borroso o de dudosa positividad. Pero si queremos resumir algunas de las virtudes o características podemos resumirlo en:
- Empatía. El vendedor de humo será capaz de hacer creer que se pone en tu lugar, que le preocupa lo mismo que a ti y que sabe como conseguirlo.
- Eficacia. Suele parecer alguien eficaz (que no eficiente) y capaz de llegar al fondo de las cuestiones de forma satisfactoria.
- Don de palabra. Saben hablar casi de cualquier tema y se sienten expertos en muchas materias… en realidad no suelen ser expertos en muchas cosas o en nada, pero se sienten con el don de la verdad absoluta. Esto sale a la luz si les opones resistencia en los comentarios o discursos.
- Ofrecen mucho por poco o nada. Como se decía antiguamente, “nadie da duros a cuatro pesetas” y eso es verdad. Cuando alguien te ofrece, por ejemplo, ganar miles de euros realizando tareas sencillas… ¿crees que alguien te daría un secreto tan importante a cambio de nada?
- Quieren algo de ti, pero te intentan convencer de lo contrario. Un vendedor de humo siempre tendrá algo que te interesa, pero si lo piensas detenidamente podrás descubrir qué es lo que quieren exactamente de ti.
Ahora solo me queda una cosa… desearte suerte en tu próximo encuentro con un vendedor de humo y animarte a seguir trabajando duro para conseguir grandes objetivos.